1. No le digas a nadie que estás ayunando
Ayunar está muy
bueno pero todo el mundo se va a dar cuenta de que lo estás haciendo y
no queremos eso, no queremos que todo el mundo sepa los beneficios del
ayuno y que se copien ¿o si? El problema es que si hacés el ayuno la
gente va a estar esperando que bajes de peso y si por alguna razón no
podés hacerlo, te vas a sentir muy mal. En cambio, si no le decis a
nadie que estás ayunando, cuando se vean los beneficios todos te van a
halagar y a preguntar tu secreto. ¡Shhh! ¡No lo digas!!! Además, la
gente va a pensar que estás loca porque no van a entender que pases días
y días sin comer y que no le temas a las consecuencias (¿pero cómo
alguien le puede temer a ser perfecta?).
¡Te vas a volver una
fanática del ayuno!La gente va a tener miedo. Miedo, miedo, miedo, ¡eso
es lo último que necesitas en tu camino para ser perfecta! Además, no le
cuentes a la gente que estás ayunando así se convierte en tu pequeño
secreto (no tan pequeño) ¡lo cual lo va a hacer mucho más interesante!
¿A quién no le gusta tener algo para contar y tener que guardárselo?
Tu
ayuno es entre Ana y vos, nadie más tiene que saberlo. Y cuando estés
tentada de romperlo acordate de cuanto Ana te ama y cómo quiere lo mejor
para vos. Ella solo quiere que seas perfecta, le debes a ella todo tu
respeto. Mirá la cara de Ana en esa galletita de chocolate que moris por
comer. Pensá en cómo sacrifica ella todo su tiempo dedicándose a vos.
¡No se merece que corrompas tu cuerpo y le faltes el respeto!
2. Apagá el televisor
En
todas las publicidades aparece COMIDA, comida = NO. O sea, apagá el
televisor, además se supone que no tenés nada más en qué pensar. Ponete a
leer un libro de calorías, empezá tu propio diario anoréxico en
Internet... ALGO. ¡¡¡Algo que no tenga nada que ver con comida!!!
3. Háganse amigas
Obviamente
es más fácil encontrarte con una amiga a charlar de pavadas que con Ana
a plantearte cuál va a ser tu futuro. Y no queremos hacer siempre lo
más fácil, ¿no? Además esas amigas siempre te dicen que estás muy flaca y
casi te obligan a comer las medialunas que compró esa madre GORDA que
tienen. Y la madre-gorda te hace pensar en que JAMÁS querés parecerte a
ella... pero las medialunas están todavía ahí y vos hace dos días que no
comes nada. Acordate que estás débil y no podés hacer ejercicios sin
desmayarte a los quince minutos, así que esas 160 calorías son
espantosas porque no las vas a quemar ¡VAS A ROMPER EL AYUNO! Yo que vos
me quedo con Ana solita en mi casa, donde no te tiente el diablo. Ana
es SIEMPRE la mejor compañía.
4. Date un banquete con lo que Ana dice
Imaginate
todas esas horas que gastas leyendo el diario o viendo televisión o
escuchando radio. Ahora, durante tu ayuno, vas a tener que SATURARTE DE
ANA. Todo va a tener que estar relacionado con ella.¡Cuidado! Quizás
puedas desarrollar una mente abierta, una mente nueva y vas a empezar a
pensar diferente. Ahora estás llena de energía, no necesitas la comida.
La palabra de Ana te alimenta lo suficiente como para sobrevivir. ¡Date
cuenta, podrías vivir sin comer y nada sería malo! ¡Serías pura y
perfecta!
5. Meditá
La mente humana es genial. Uno
puede convencerse de cualquier cosa últimamente. Y así como aquella vez
te convencieron de que una medialuna tenía 10 calorías cuando en
realidad tiene 160, uno cree lo que QUIERE creer. Así que meditá y
CREETE que no necesitas otra cosa que a Ana en tu vida. Que podés ser
independiente Y NO NECESITAS comida. Es cierto, creetelo. El hombre es
un animal de costumbres.
Te vas a sentir tan poderosa... meditá
mientras los otros comen, mientras corrompen su cuerpo, mientras
ensucian sus intestinos. ¿Cuánto hace que no vas al baño? ¿Viste que
podrías vivir sin baño?
6. Salí a caminar sola
Nubes,
la brisa en la cara, flores, árboles, sol, luna y estrellas. Esas son
las cosas que Ana te muestra para ayudarte a entender que la vida es
hermosa sin comida, que el sol sigue ahí aunque no comas: para ayudarte a
entender que las cosas imprescindibles se quedan, LO INNECESARIO SE VA
(como la grasa y la comida y todo lo demás q no necesitamos).
7. Tomate un recreo, fumate un cigarrillo
Fumate
un cigarrillo, calmá esa ansiedad. Sin interrupciones. Andá a un lugar
donde nadie te moleste. El cigarrillo no es bueno pero peor es una
hamburguesa.
8. Quedate quieta
Muchos de tus sueños
y palabras no tienen sentido, eso van a decirte. Así que mantenete
cerca de Ana, ella te va a guiar en el camino. No te ensucies la boca
con palabras insignificantes. No des explicaciones de por qué estás
ayunando. Nadie merece esas explicaciones, vos forjas tu propio destino y
sabés que no estás sola. Así que quedate quieta, Ana y miles de otras
chicas están ayunando al mismo tiempo que vos. Y solamente las más
valientes, las que no tengan miedo, las que no sucumban ante la
sensación y aquellas que se queden quietas, tranquilas y no se ensucien
la mente con palabras insignificantes serán las sobrevivientes.
9. No sucumbas ante la tentación
Esa
porción de torta no va a hacerte más feliz y en cambio ser perfecta sí.
Imaginate, son dos minutos comiendo torta y la vida pagando las
consecuencias; o no comer nada y ser perfecta y agradecerle a Ana toda
la vida por haberte ayudado a resistir la tentación. Pensalo, es fácil.
Durante el ayuno vas a estar rodeada de comida: amigos, familiares,
novio, todos van a querer alimentarte "estás muy flaca", te van a decir.
Y QUE EQUIVOCADOS ESTÁN! No existe "muy flaca", no-existe. No se puede
ser demasiado rico ni demasiado flaco. Corré el riesgo, ¡tené hambre!
explora el vacío de tu estómago, sentí tus costillas... ¡te falta tan
poco para ser perfecta!
10. Dormí
Aprovechá, porque
vas a estar cansada por no comer. Eso quiere decir que estás llegando a
la perfección; el cansancio es la respuesta a todo ese esfuerzo que
estás haciendo. Vas a ser cada vez más hermosa, cada vez más parecida a
Ana, la perfecta. Vas a ser una diosa y todos van a envidiarte... todos
van a querer estar con vos y vas a estar tan orgullosa de lo que sos que
no vas a querer compartir con nadie el secreto. El secreto es que Ana
te llevó a donde estás y no la querés compartir con nadie. Porque nadie
más la merece en su vida. Lo hiciste. Llegaste, ayunaste.
Estos tips los saque del libro Abzurdah de Cielo Latini.